Pues por muchas razones, la mayoría de ellas de lo más simple, pero es lo que hay: es Navidad. Me gusta mucho y la disfruto todo lo que puedo. En este sentido soy como una niña. Sin la inocencia propia de esa edad, pero con la misma ilusión por los pequeños/grandes momentos que se viven en estas fechas!
Pasan los años y el sentimiento sigue siendo el mismo. A pesar del tiempo, de los daños. A pesar del momento que cada uno estemos viviendo o del peso de las decisiones que hayamos tomado. Llega la Navidad y es imposible no dejar todo lo malo en un segundo plano y centrarse en lo bueno: la familia, los amigos, el mundo parece un poco menos malo y se nos alegra la vida a base de sonrisas, regalos y fuertes abrazos.
Es algo… mágico.
Reencuentros, besos, deseos. Nuevos miembros en la familia y ausencias que se notan más que nunca. Me encanta ver los escaparates de las tiendas engalanados y el movimiento que se respira estos días por las calles de cualquier rincón del mundo. Me encanta la ilusión de la gente por poner sus casas bonitas, la mesa perfecta para la cena perfecta, al árbol que no le falte ni un detalle y un lugar especial reservado para el Belén. Toda una tradición. Me encanta porque son días llenos de planes, de cosas por hacer y de sitios a los que ir.
Me encanta el hecho de que durante estos días, la gente despierta su lado más solidario (es verdad que esto debería ocurrir durante todo el año) y pensamos mucho más en los demás que cualquier otro día. Me encanta porque reímos, lloramos y compartimos más de la cuenta.
También me gusta porque es momento de hacer “borrón y cuenta nueva”, de empezar de cero, como un libro con las hojas en blanco que iremos rellenando con nuevas vivencias, equivocaciones, éxitos, momentos inolvidables y alguno que otro que será preferible mantenerlo para que nos sirva de lección.
Todo esto es la Navidad.
La navidad, te guste más o menos, siempre trae recuerdos del pasado, historias terminadas o incluso con finales por escribir. Te cambia el humor, te saca sonrisas y te sientes, si cabe, un poquito más feliz.
Siempre nos quedará aquello de “el año que viene será mejor”, y con ese pensamiento enterramos casi todos los problemas de un año para otro.
Por eso, a todos nos gusta la Navidad. Ya sea por los momentos felices en familia o por los puntos y finales que supone, la Navidad siempre trae algo para cada uno de nosotros.
Porque al final, llego a la conclusión de que la Navidad me gusta por sus cosas sencillas, cotidianas. Porque creo que es de lo que se trata: de disfrutar de los pequeños placeres que te ofrece la vida, de la sencillez que esconde, en muchas ocasiones, la felicidad.
Y poco más que decir sobre la Navidad, no sé si ha quedado claro o lo he liado todo un poco más, pero el caso era que quería compartirlo con todos vosotros, con los que os habéis pasado un ratito por este pequeño espacio que es Trotamundos.eu y desearos, de todo corazón, que paséis una FELIZ NAVIDAD.
Y ahora, a disfrutar, a bailar, a comer y a beber (con moderación, jejeje) y, sobre todo, a ser felices porque: ¡ el 2017 es nuestro !
Feliz Navidad a todos!!!